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¿Se viene una guerra de monedas?


Cada vez es de mayor consenso entre los analistas económicos y políticos internacionales la idea de que el peligro más importante en el corto y mediano plazo será la posibilidad de una guerra de monedas, lo cual dependerá en gran medida de la política monetaria de China.

Recientemente, el reconocido politólogo y futurista Francis Fukuyama dijo que la previsible guerra de monedas involucrará principalmente a los países exportadores. "Japón, Brasil, Perú, Chile, Australia... todos pueden ver cómo sus monedas están costando más, con lo cual pierden competitividad", refiere el autor de "El fin de la historia y el último hombre", para quien el problema es causado por la decisión política de China de mantener devaluado el yuan.

Ana Reátegui, profesora de ESAN, coincide en que el fortalecimiento de las monedas será uno de los principales problemas de la economía mundial en los próximos años. "Muchos países basan su economía en el desarrollo de su comercio internacional, por lo que serán los más afectados", señala.

Seguidamente, la profesora Reátegui precisa que no todos los países tienen la misma estructura productiva y por lo tanto unos serán menos afectados que otros por este fenómeno.

Un tema que se ha advertido es que en el campo monetario no existe una institución global como lo es la OMC para el comercio. Todos los países afectados por la política monetaria china tienen interés en que el gigante asiático revalúe su moneda para que los lleve a un nivel más competitivo pero hay una inacción colectiva al respecto. Nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato.

"Si no resolvemos este problema institucional e incorporar los aspectos monetarios, entonces veremos cosas feas en la economía mundial", puntualiza el futurista.

Por su parte, la profesora Ana Reátegui sostiene que si bien habrá un problema de escala mundial en el campo monetario, no se llegará a las dimensiones señaladas por Fukuyama.

Al respecto, el también profesor de ESAN Eduardo Mc Bride opina que es hora de revisar el sistema monetario internacional y evaluar, entre otras medidas, el retorno al patrón oro o el empleo de cualquier otro patrón que estabilice el cambio entre las principales monedas.

Según Mc Bride, durante años hemos sido adictos al libre comercio, libre mercado y flotación libre de nuestras divisas, entre otras liberalidades. "Estoy de acuerdo con esa adicción, porque en términos prácticos ha beneficiado a nuestras poblaciones. Sin embargo, en el caso de las divisas su libre fluctuación solo ha traído beneficios a los bancos, a los especuladores y a los inversionistas de capitales golondrina, así como a los Estados Unidos".
Añadió que a propósito de su déficit fiscal, Estados Unidos emite inorgánicamente dólares que inunda al mundo para evitar inflación interna pero que como efecto secundario quita competitividad a los bienes y servicios de los países que dice proteger.

Respecto a las consecuencias de una guerra de monedas en nuestro país, la profesora Ana Reátegui señala que las exportaciones peruanas se verán afectadas por el fortalecimiento del nuevo sol. El atenuante se encuentra en que otros países también pasarán por lo mismo, de manera que habrá que observar cuál es la evolución en términos relativos.

Es decir, si la moneda peruana se revalúa a una menor velocidad que la de los demás países, especialmente de aquellos con los que compite, en términos relativos no perderá competitividad. Ocurrirá lo contrario si la revaluación del sol es más veloz que la de otras monedas.

"Adicionalmente, uno de los temas que se observa en el Perú es que una parte importante parte del crecimiento se basa en la dinámica interna, lo que nos coloca en mejor condición frente una nueva turbulencia", puntualiza la profesora Ana Reátegui.




Conexión ESAN, Escuela de Negocios

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