martes

¿Cambio de época o época de cambios?


Los cambios de época no son una novedad para la humanidad; el último cambio histórico ocurrió hace más de 200 años, cuando la Revolución Industrial condujo a las sociedades desde el agrarianismo hacia el industrialismo, generando incertidumbre, discontinuidad, inestabilidad, desorientación, inseguridad, perplejidad y, por lo tanto, vulnerabilidad. Ahora, tres revoluciones--sociocultural, tecnológica y económica--están haciendo obsoleta la época del industrialismo y forjando la época del informacionalismo o sociedad de la información y el conocimiento.
Pero, ¿qué es una época histórica, cuándo cambia una época, y por qué diferentes grupos sociales y organizaciones de desarrollo se quedan vulnerables durante este fenómeno? Estas son preguntas fundamentales para comprender la génesis del actual cambio de época y la forma cómo este fenómeno aporta vulnerabilidad a todas las organizaciones de desarrollo.

El concepto de época histórica
Una época histórica es caracterizada por la dominación de un sistema de ideas, un sistema de técnicas y una institucionalidad--mecanismos institucionales--que viabiliza ambos sistemas. Por ejemplo, la época histórica del industrialismo pasó a caracterizarse por un sistema de ideas dominante, sintetizado por la metáfora de una máquina para interpretar el mundo y actuar sobre éste. Su sistema de técnicas está constituido por las tecnologías materiales--mecánicas, químicas y eléctricas--que han impulsado el paradigma del desarrollo industrial. Su institucionalidad fue establecida en torno a los Estados-Naciones, que deberían tener un alto grado de soberanía y autonomía, para la creación, gestión y perfeccionamiento de las reglas nacionales del juego de acumulación de capital, derivado de la racionalidad forjada por la Revolución Industrial, y del juego de la democracia, que se expandía bajo la racionalidad forjada por la Revolución Francesa.
En marco de las contradicciones propias de un cambio de época, otra época está siendo forjada: la época del informacionalismo o sociedad de la información y el conocimiento.

La génesis del actual cambio de época
La génesis del actual cambio de época está fuertemente asociada a tres revoluciones--sociocultural, económica y tecnológica, cuyos impactos cruzados (no necesariamente compatibles entre sí), están cambiando el sistema de ideas, el sistema de técnicas y la institucionalidad de la época histórica del industrialismo.
Revolución sociocultural
Desde los años 60, un conjunto de movimientos socioculturales está desafiando las bases de la civilización occidental y los valores de la sociedad industrial de consumo. Por ejemplo, los movimientos feministas, ambientalistas y por los derechos humanos, justicia étnica, igualdad social y participación democrática denunciaron: (i) los muchos absurdos derivados de la época del industrialismo, (ii) la vulnerabilidad de la humanidad y del Planeta, y (iii) la necesidad de un desarrollo sostenible. La preocupación es por la sostenibilidad de todas las formas de vida en el Planeta. Los cambios que tienen origen en esta revolución sociocultural, como la cuestión de la participación, la equidad de género, la valorización de lo social, la igualdad social, los derechos de las nacionalidades indígenas, la justicia étnica, la conservación de los recursos naturales, los derechos de los niños, el desarrollo humano, las redes de solidaridad y el desarrollo sostenible en general, no pertenecen a la época del industrialismo; ellos están cambiándola bajo una visión sistémica de mundo.
Revolución económica
A finales de los años 70, la crisis económica iniciada por dos choques en los precios del petróleo reveló el agotamiento del régimen de acumulación de capital de la época del industrialismo. Desarrollado en torno a una economía productiva basada en factores tangibles--tierra, capital y trabajo, y dependiente del Estado-Nación para las reglas nacionales del juego de acumulación, el régimen de acumulación del capitalismo industrial entró en crisis irreversible. Eso dio inicio a la formación de un régimen de acumulación de capital, de naturaleza corporativa, de carácter transnacional, de alcance global y dependiente de un factor intangible--información. Los cambios derivados de esta revolución económica, que integran a la llamada globalización
Revolución tecnológica
A mediados de los años 70, se inició una revolución en torno a la tecnología de la información, que ha influenciado otras revoluciones científicas y tecnológicas y ha penetrado a la mayoría de los medios y formas de comunicación. La dimensión microelectrónica de esta revolución hace posible la concepción de redes virtuales capaces de comprimir y eventualmente desmaterializar el tiempo histórico y el espacio geográfico. Por primera vez en la historia, la información es simultáneamente insumo y producto. Los cambios derivados de esta revolución tecnológica--la formación de redes virtuales, la integración electrónica de formas (texto, sonido e imagen) y medios de comunicación, la propuesta de la agricultura de precisión, la creación de oficinas-en-red, los libros virtuales, los espacios inteligentes (edificios, fábricas, oficinas y residencias, cuyas funciones básicas son manejadas por computadoras independientes de un operador humano) y el terrorismo cibernético, no pertenecen a la época del industrialismo, ellos viabilizan muchos de los cambios derivados de las revoluciones sociocultural y económica, bajo una versión sofisticada de la visión mecánica de mundo.

Las visiones del mundo y la construcción del futuro
Todo cambio de época genera conflictos y contradicciones, como resultado del enfrentamiento dialéctico entre diferentes visiones de mundo, que compiten entre sí para prevalecer en la época emergente. El actual cambio de época nos es una excepción
La visión mecánica del mundo, propone la metáfora de una maquina para interpretar al mundo: el mundo es una maquina racional.
La visión económica del mundo.- Intenta remplazar la metáfora de la maquina por la metáfora del mercado: el mundo es un mercado sin sociedades ni ciudadanos.
La visión holística del mundo, propone la metáfora de un sistema: el mundo es un sistema complejo multidimensional e interdependiente, cuya dinámica incluye múltiples funciones, conflictos y contradicciones. Bajo esta visión, las diferentes formas de vida son igualmente importantes, y los seres humanos son percibidos como ciudadano y gerenciados como talentos humanos.

tomado del Proyecto Nuevo Paradigma

viernes

NUEVOS ENFOQUES PARA EL DESARROLLO DE LAS MYPEs

En el presente artículo me voy a referir básicamente a los nuevos enfoques en materia de estrategia para el desarrollo competitivo de las PYMEs, por lo tanto no me voy a detener a comentar sobre la importancia que tienen estas unidades productivas para el crecimiento económico y social del país.

Si me interesa destacar que el desarrollo de las PYMEs exige una revisión de cómo la estructura económica y administrativa de un país fomenta su desarrollo, justamente sobre este aspecto quiero detenerme y como los nuevos enfoques exigen una adecuación profunda para los países en vías de desarrollo.

Se desprende de estos nuevos enfoques que el crecimiento de las condiciones de competitividad para las PYMEs depende de sí se logra desarrollar lo que se denomina un "sistema país" y este se orienta como un todo al crecimiento.

¿Qué quiere decir esto de "sistema país"?. Este es un aspecto central para comprender la nueva dinámica del desarrollo competitivo. Se hace cada vez más evidente (aunque algunos sigan pensando lo contrario) que el desarrollo no depende de las capacidades individuales de las empresas, sino que es cada vez más dependiente de la capacidad de todo un país para trabajar como un sistema. Es decir: diferentes componentes de un país interactuando, complementando funciones, intercambiando información y conocimientos, definiendo políticas concertadas, etcétera. En el sistema país deben participar, por supuesto las empresas, pero también el Estado, las universidades, los
centros tecnológicos, las organizaciones de la sociedad civil, los
agentes financieros.

Reflexionando y tomando en cuenta estos comentarios es necesario generar iniciativas para constituir una red de innovadores para el desarrollo empresarial en nuestra región, integrando las acciones de las universidades, estado, empresas y organizaciones sociales, primero para realizar un plan de competitividad que nos permita identificar nuestras ventajas comparativas y competitivas del mismo modo mercados potenciales tanto nacional e internacional.

El mundo se vuelve cada vez más complejo e interdependiente, debemos ser proactivos planificando nuestra interconexión con el mundo.